Entrevista de trabajo.

Quien quiera cuidarme, tienen que gustarle mucho las sonrisas y las pedorretas. Tener predilección por las piernas llenitas y los pies regordetes. Soportar unos cuantos estirones de pelo. Pasar ratos de todos los colores y en todas las lenguas. Enseñarme mucho que mirar. Darme de comer sin agobios ni prisas. Dormirme en brazos y luego dejarme un rato tranquila. Contigo me quedo, amiga mía.

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